Un poco de nada

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viernes, 14 de agosto de 2015

Un golpe no tan blando

Foto: Washington Collaguazo

El Gobierno Nacional ha armado un gran montaje llamado ‘Golpe Blando’. Personalmente creo que lo único blando aquí son las bases ideológicas que aún quedan de ese mal sueño denominado Socialismo del Siglo XXI. Si hablo de este intento de sistema, solo puedo pensar en una palabra, fracaso. A inicios del presente milenio, esto sonaba como una revolución pacífica, colorida y sobretodo, humana. Pero ahora, una década y media después, solo podemos hablar de violencia, corrupción y escasez. 

Sucede que el único golpe que no fue blando es el propiciado por parte del gobierno. Me refiero al golpe a la economía, el golpe a la libertad, el golpe a las izquierdas, el golpe a la dignidad humana, el golpe al orgullo y a la inteligencia de los ecuatorianos.

Personalmente, siempre intento tomar a la política con humor, pero en este caso es imposible. Sería irresponsable. No me causa ni la menor gracia que un tipo que evidentemente ya tiene algún desequilibrio devenido del exceso de poder presumiblemente, festeje en la Plaza Grande a la cual la tiene cercada, mientras el pueblo organizado se medio mataba contra la policía. Pero no nos olvidemos que los chapas también son pueblo, son personas comunes, que vestidos de civiles, no son distintos a cualquiera de nosotros. Es decir, el tirano y su séquito cantaban canciones de la lucha del pueblo contra un poder totalitario, mientras él, el mayor representante del poder hegemónico, se hacía de oídos sordos con la realidad actual del país.

Señor Presidente, su procacidad ha llegado a niveles que sobrepasan cualquier dimensión humana. Usted canta canciones de la vieja izquierda –con la que evidentemente no comulga, sino pregúntele a Frank Delgado que piensa de sus políticas extractivistas- mientras el pueblo se rompe la testa en las calles. En el momento en el que usted vociferaba un discurso incendiario, violento y extremista, miles de ecuatorianos reclaman en contra de sus abusivas políticas económicas y sociales. No Señor Presidente, ayer no se vivió una fiesta, mejor guarde las comparsas y dedíquese a gobernar, pero a gobernar para todos, no solo para sus coidearios.

Violencia, esto es lo que promulga esta falsa revolución. VIOLENCIA. Sino que alguien me diga qué carajos fue a hacer el ministro Serrano en el Chasqui. Su sola presencia en dicho lugar fue una provocación a los indígenas, que históricamente se han caracterizado por realizar protestas beligerantes. Llegar rodeado de un cerco policial a gritar y envalentonarse, es lo más descabellado –por no decir estúpido- que he visto hacer a un ministro hace mucho tiempo. Por Dios don Serrano, lea algo de semiótica o de cultura de masas.

Las movilizaciones continuarán, el pueblo está cabreado. Ya es hora de que este Gobierno, iniciando desde el Presidente, baje la cabeza. Nadie es perfecto, aprendan a aceptar que la cagaron con las enmiendas, en lugar de justificarlas o culpar a terceros, pues en el discurso del oficialismo, este proyecto es pulcro y nunca ha cometido un error, y si acaso sucedió, fue culpa de la oposición, de la oligarquía, de la partidocracia, del burro, de la vaca, del caballo, de todos menos de ellos. Es hora de que el Presidente y sus esbirros se informen desde otra parte que no sea Ecuador TV, El Ciudadano o el Telégrafo y se den cuenta de la realidad actual, para que finalmente, tomen en serio a esta gran porción del pueblo que está cabreado, más que cabreado, indignado. Recuerde que las caras de los Policías y de los indígenas no recibieron golpes blandos, Señor Presidente.

SEÑORES DEL OFICIALISMO, LES RECUERDO QUE EL PUEBLO QUE NO SIGUE SUS LINEAMIENTOS TAMBIÉN ES PUEBLO. EL PUEBLO SOMOS TODOS, NO SOLO LOS SUBORDINADOS DEL PODER.


A partir de hoy, me declaro en rebeldía.  

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