El Gobierno Nacional ha armado un gran montaje llamado ‘Golpe
Blando’. Personalmente creo que lo único blando aquí son las bases ideológicas
que aún quedan de ese mal sueño denominado Socialismo del Siglo XXI. Si hablo
de este intento de sistema, solo puedo pensar en una palabra, fracaso. A
inicios del presente milenio, esto sonaba como una revolución pacífica,
colorida y sobretodo, humana. Pero ahora, una década y media después, solo
podemos hablar de violencia, corrupción y escasez.
Sucede que el único golpe que no fue blando es el propiciado
por parte del gobierno. Me refiero al golpe a la economía, el golpe a la
libertad, el golpe a las izquierdas, el golpe a la dignidad humana, el golpe al
orgullo y a la inteligencia de los ecuatorianos.
Personalmente, siempre intento tomar a la política con
humor, pero en este caso es imposible. Sería irresponsable. No me causa ni la
menor gracia que un tipo que evidentemente ya tiene algún desequilibrio devenido
del exceso de poder presumiblemente, festeje en la Plaza Grande a la cual la
tiene cercada, mientras el pueblo organizado se medio mataba contra la policía.
Pero no nos olvidemos que los chapas también son pueblo, son personas comunes,
que vestidos de civiles, no son distintos a cualquiera de nosotros. Es decir,
el tirano y su séquito cantaban canciones de la lucha del pueblo contra un
poder totalitario, mientras él, el mayor representante del poder hegemónico, se
hacía de oídos sordos con la realidad actual del país.
Señor Presidente, su procacidad ha llegado a niveles que
sobrepasan cualquier dimensión humana. Usted canta canciones de la vieja
izquierda –con la que evidentemente no comulga, sino pregúntele a Frank Delgado
que piensa de sus políticas extractivistas- mientras el pueblo se rompe la
testa en las calles. En el momento en el que usted vociferaba un discurso
incendiario, violento y extremista, miles de ecuatorianos reclaman en contra de
sus abusivas políticas económicas y sociales. No Señor Presidente, ayer no se
vivió una fiesta, mejor guarde las comparsas y dedíquese a gobernar, pero a gobernar
para todos, no solo para sus coidearios.
Violencia, esto es lo que promulga esta falsa revolución.
VIOLENCIA. Sino que alguien me diga qué carajos fue a hacer el ministro Serrano
en el Chasqui. Su sola presencia en dicho lugar fue una provocación a los
indígenas, que históricamente se han caracterizado por realizar protestas beligerantes.
Llegar rodeado de un cerco policial a gritar y envalentonarse, es lo más descabellado
–por no decir estúpido- que he visto hacer a un ministro hace mucho tiempo. Por
Dios don Serrano, lea algo de semiótica o de cultura de masas.
Las movilizaciones continuarán, el pueblo está cabreado. Ya es
hora de que este Gobierno, iniciando desde el Presidente, baje la cabeza. Nadie
es perfecto, aprendan a aceptar que la cagaron con las enmiendas, en lugar de
justificarlas o culpar a terceros, pues en el discurso del oficialismo, este
proyecto es pulcro y nunca ha cometido un error, y si acaso sucedió, fue culpa
de la oposición, de la oligarquía, de la partidocracia, del burro, de la vaca,
del caballo, de todos menos de ellos. Es hora de que el Presidente y sus
esbirros se informen desde otra parte que no sea Ecuador TV, El Ciudadano o el
Telégrafo y se den cuenta de la realidad actual, para que finalmente, tomen en
serio a esta gran porción del pueblo que está cabreado, más que cabreado, indignado.
Recuerde que las caras de los Policías y de los indígenas no recibieron golpes
blandos, Señor Presidente.
SEÑORES DEL OFICIALISMO, LES RECUERDO QUE EL PUEBLO QUE NO
SIGUE SUS LINEAMIENTOS TAMBIÉN ES PUEBLO. EL PUEBLO SOMOS TODOS, NO SOLO LOS
SUBORDINADOS DEL PODER.
A partir de hoy, me declaro en rebeldía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario