Un poco de nada

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jueves, 11 de junio de 2015

La lucha entre los ‘verdeagüita’ y los ‘negro bronca’


Foto: Sebastián 'Bachan' Yépez 

El oficialismo ha tocado fibras sensibles y no estoy hablando de sexo. El colectivo llegó a un punto de efervescencia que no se había visto desde la década pasada, de verdad, no hablo de sexo. Volvieron los gritos, los golpecitos y las pugnas por ver quién está encima de quien, les prometo que esto no tiene relación con el coito.

Sucede que finalmente se ha perdido el miedo. La clase media volvió a las calles, motivada por las afecciones individuales que han caído y pueden caer sobre sus frágiles economías que apenas permiten comprar una Nutella quincenal, hasta dos si hicieron horas extras.

El pueblo está cabreado y esta vez es distinto, no es por la 'cholocracia' que instauró el Lucio, sino porque han sentido violados sus derechos y sus billeteras. El problema de un régimen clientelar es que cuando se terminan los recursos, también se terminan los argumentos. Alianza País se ha desarticulado. Los ideólogos –algunos muy buenos- que iniciaron el proceso ya les dijeron 'talueguito' y volvieron a la vida académica, a sus negocios o a otras bancadas. Ahora el de los verdes, es un movimiento duro, monocéfalo, adoctrinador, repleto de tontos útiles, que son muy útiles, pues apoyan, gritan, pelean o levantan las manos sin más miramientos, sin analizar nada, ellos son oficialistas y punto. En este sentido, debo admitir que la lealtad de algunos para con este proyecto político es infinita, como una adicción. Parecería que la Revolución Ciudadana es su nicotina. Tontos útiles, amigos. Tontos útiles u oportunistas. Es lo que hay.

Por otro lado está la insipiente oposición. Un grupo de personas auto convocadas más por sus propios intereses que por planteamientos ideológicos –No me jodan, yo nunca les vi cabrearse tanto por la explotación del Yasuní o por la Narco Valija-. Su cabeza visible es Andrés Páez, que si bien es cierto tiene una buena formación política, ha sufrido una mutación que asusta, nunca me han inspirado confianza estos camaleones de ideologías. No sé, es mi percepción, pero esta oposición feisbuquera se me hace más insípida que el discurso que manejaba en campaña el Alvarito Noboa, si, si, así mismo, con Biblia en mano y todo.

Foto: Jhon Cusme


Dentro de todo, en el meollo del asunto, nunca se deja de mencionar una palabra que es clave: golpismo. Ya basta. No otra vez. Esta vez no. Está bien reclamar con argumentos, ideas, propuestas. Pero salir a pelear por derrocar un presidente, ¿otra vez? Carajo, ¿otra vez?. No sé si somos giles o no aprendemos de la historia, pero bueno, como me decía mi taita, "el humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Claro está, vivimos en una democracia rota, la prensa no ayuda, la Supercom tampoco. Lo que siento es que hace más de 15 años, el país se tomó una elevada dosis de LSD y todavía no termina de reaccionar, está sumido en un mal viaje.

Otro de los argumentos que ha salido a colisión es el del Fascismo. Pues no me parece del todo descabellado ya que si hablamos de un sistema basado en una economía absolutamente planificada, controlada y dirigida por un órgano centralizado, que en este caso es el gobierno -sí, el gobierno, no el estado- pasa a haber un monopolio que dificulta el accionar de la libre empresa, finalmente, en eso cae el colectivismo. Entonces, lo que veo es que se busca repartir la pobreza, que el pueblo tenga lo mínimo en la vida y si buscas crecer o desarrollarte, el Estado no lo permitirá o usurpará lo conseguido. Señores, abramos los ojos, Ecuador de gente pobre.

Bueno, para finalizar tengo que decir que me asusta el chaulafán ideológico con el que comulga el oficialismo. Una política extractivista neoliberal, prácticas comunicativas goebbeleanas y preceptos comunistas sacados de las ideas más rancias de Engels. Todo esto termina confluyendo en un absolutismo atroz, combatido por una oposición que crea imaginarios y define sus posturas a partir de comentarios que leyeron en feisbuc.

Pero bueno, ya no me voy a maltripear, mejor me despido.


再见    (para los que no saben, esto es hasta luego en chino, irán aprendiendo)

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